15 Nov 2022
Conocimiento

Burnout en salud: cómo la tecnología puede reducir el estrés en los equipos médicos

El cierre de año encuentra a cualquier profesional con niveles de estrés superiores a los que se manejan el resto del año. De acuerdo con un reciente estudio realizado por el portal de empleos Bumeran, la ocurrencia del síndrome de burnout en Argentina es del 86%, seguido por Chile (lo padecen un 82% de las personas encuestadas, cifra que está por encima de la media en la región), Ecuador (74%), Panamá (78%) y Perú (66%). A nivel regional, los usuarios experimentaron en su mayoría estrés, falta de motivación y un cansancio fuera de lo normal a causa de la carga excesiva de trabajo. 

Para los equipos médicos fue un año doblemente estresante: después de dos años de pandemia y agotamiento acumulado, 2022 encontró al sistema médico sobrecargado por la enorme cantidad de consultas que fueron postergadas por el Covid-19. Los informes mensuales de este año de Adreca-Cedim dan cuenta del aumento de demanda de consultas que comenzaron a registrarse una vez terminadas las cuarentenas.

Diversos estudios indicaron que, durante la pandemia, los niveles de ansiedad y estrés aumentaron significativamente entre las personas sanas y que los síntomas preexistentes en las personas con trastornos de salud mental se exacerbaron. Un fenómeno observado en el contexto de incertidumbre por el virus incluyó crisis de pánico y ansiedad, amplificadas por el miedo al contagio y a la muerte.

Qué es el síndrome de Burnout (SB)

El síndrome de Burnout (SB) o también conocido como síndrome de desgaste profesional, síndrome de sobrecarga emocional, síndrome del quemado o síndrome de fatiga en el trabajo, se define como un síndrome tridimensional caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y realización personal disminuida. Fue declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor de riesgo laboral, debido a su capacidad para afectar la calidad de vida, salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida del individuo que lo sufre

Pero el problema va más allá: un individuo con SB posiblemente dará un servicio deficiente en su espacio de trabajo, será inoperante en sus funciones o tendrá un promedio mayor de ausentismo, exponiendo a los pacientes a situaciones indeseadas y a las instituciones a pérdidas económicas. 

Cómo impacta el burnout del personal médico en el sistema de salud

Las repercusiones laborales del desgaste profesional no solo inciden en el propio profesional sino también en los pacientes. El vínculo entre el agotamiento del personal sanitario y la probabilidad de error y de atención subóptima se basan en la premisa de que los médicos estresados, insatisfechos, agotados, ansiosos y deprimidos no se terminan de involucrar completamente con los pacientes. 

El estudio MEMO (Minimizar el error, Maximizar el resultado) fue diseñado para investigar el efecto de las condiciones del lugar de trabajo en el cuidado del paciente mediado por las actitudes del médico. Se realizaron encuestas a 500 profesionales y más de 2000 pacientes en 100 instituciones diferentes. De allí se desprende que los médicos estresados, insatisfechos y agotados se veían a sí mismos como menos capaces de brindar una atención de calidad y tenían más probabilidades de informar dificultades en el cuidado. Por otro lado, los departamentos con mayor riesgo de juicios de mala praxis revelaron niveles significativamente más altos de estrés laboral, además de fuertes correlaciones entre la frecuencia de las demandas por negligencia y el estrés organizacional.

Por qué se produce el burnout

El síndrome de desgaste profesional tiene una raíz multicausal. Además de entrar en juego componentes personales, la formación profesional, factores sociales y ambientales, la principal fuente de factores estresantes a los que están sometidos los profesionales de la salud está relacionada con situaciones laborales puntuales, como la sobrecarga de demanda asistencial, los refuerzos percibidos, la falta de autonomía profesional, el deterioro del clima laboral y la falta de apoyo de la organización.

Por eso, en 2019, la Organización Mundial de la Salud trazó una serie de directrices que apuntan a aprovechar las posibilidades que las tecnologías pueden ofrecer a los trabajadores sanitarios para mejorar la gestión de las instituciones y reducir el estrés que provocan las tareas administrativas a los profesionales y que hoy ocupan el 70% de su tiempo. En ese sentido, el aporte que la tecnología puede hacer para reducir esta sobrecarga de tareas es inmenso.

Cómo la tecnología puede ayudar a reducir el burnout en salud

La captura y analítica de datos tienen la capacidad de generar mejores prácticas en las instituciones médicas, con un foco de triple impacto: la mejora en la experiencia del paciente, la optimización de los recursos y la satisfacción de las personas que trabajan en salud. 

Mediante una extracción de los datos anonimizados que se almacenan en las historias clínicas, en los sistemas de agendamientos y en los propios equipos médicos, se puede obtener un diagnóstico inicial del aprovechamiento de los recursos. Por ejemplo, tomando como área asistencial los quirófanos, se puede evaluar si se están estimando las duraciones quirúrgicas de manera correcta, si hay retrasos concatenados, o si hay días que sufren un mayor número de cancelaciones. Esto permite actuar de forma dirigida para atacar cada una de las problemáticas y así mantener el quirófano utilizado.

En el proceso de atención sanitaria hay instancias de toma de decisiones constantemente. Al reducirse las fricciones que surgen como consecuencia de la gestión institucional, los profesionales pueden dedicar menos tiempo a tareas vinculadas con la organización del servicio, la coordinación y la reprogramación y dedicarse a pensar en la salud de las personas. En ese sentido, el acceso a estas pautas en tiempo real y en la palma de la mano resulta en algo mucho más relevante que solo agilizar un proceso. Dejar que la tecnología se ocupe del análisis de los datos, permite a un profesional que está, siguiendo el ejemplo, por entrar a una cirugía, que pueda hacerlo con el foco puesto en el procedimiento y no en la agenda. En la rutina de un profesional médico, esta administración de la concentración y la energía es uno de los recursos más valiosos de todo el sistema médico.